White Zombie – Victor Halperin, 1932

White Zombie (título alternativo La legión de los hombres sin alma)

EEUU, 1932

Director: Victor Halperin

Guión: Garnett Weston

Intérpretes: Béla Lugosi, John Harron, Madge Bellamy, Robert Frazer

Género: Terror

Argumento

Neal y Madeleine, estadounidenses de visita en Haití, acuden al castillo del señor Beaumont, a quien conocieron durante el trayecto en barco a la isla. La joven pareja está a punto de casarse, y el rico terrateniente Beaumont le había ofrecido a Neal un trabajo en Nueva York.

Por el camino, desde el coche de caballos, Neal y Madeleine presencian unos ritos funerarios de los autóctonos. Un poco más adelante, el sobrecogido cochero negro les advierte de la presencia de “zombis” por esos lares; al ver cómo unos extraños individuos caminan hacia ellos. A la cabeza de los muertos vivientes se encuentra un sinistro personaje que se apodera de la bufanda de Madeleine. Tras ese pequeño contratiempo, el coche de caballos continúa su trayecto hasta llegar a la mansión de Beaumont.

Una vez allí, Neal y Madeleine conocen al Dr. Bruner, el misionero que en breve habrá de desposarlos. Ellos están convencidos de que las historias de muertos vivientes de las que hablara el cochero no son más que absurdas supersticiones de los lugareños. Pero Bruner, que ya lleva muchos años vivendo en Haití, cree que una verdad tenebrosa se oculta tras esas leyendas…

Beaumont es notificado por su mayordomo de la llegada de los huéspedes. En realidad, el acaudalado caballero sólo está interesado en Madeleine; ella es el único motivo por el que ha invitado a la pareja. Desde que la vió en el barco se enamoró perdidamente de ella. La oferta de trabajo a Neal era tan solo una excusa para atraer a la pareja a su casa. Beaumont pretende ganarse los favores de la joven y conseguir que se olvide de su prometido.

Para lograrlo, está incluso dispuesto a recurrir a la magia negra: Acude a Murder Legendre, una especie de brujo dueño de un molino. Se trata del mismo personaje que lideraba a los zombis que Neal y Madeleine vieron desde el coche. Legendre era el misterioso individuo que le quitó a la chica su bufanda (sin duda para usar esa prenda en alguna de sus oscuras nigromancias). El brujo le dice a Beaumont que hay una forma de conseguir lo que desea, pero que para ello “hay un alto precio que pagar”…

Ese mismo día ha tenido lugar el enlace matrimonial entre Neal y Madeleine, oficiado por el misionero Dr. Bruner. Por la noche, mientras se celebra la boda en el castillo de Beaumont, Legendre practica un funesto ritual vudú: Ha tomado un grueso cirio, lo raspa hasta darle la forma de una mujer, le envuelve la bufanda de Madeleine a la figura y comienza a quemarla…

Mientras tanto, Madeleine se desvanece en la sala de banquetes del castillo, ante su estupefacto marido y el no menos asombrado Beaumont. Aparententemente está muerta, y en un ataúd es llevada a una cripta al día siguiente.

Pero Legendre, que no olvida lo que le prometió a Beaumont, tiene facultades para “resucitarla” – Aunque sea en forma de zombi…

Neal, con la ayuda del Dr. Bruner, tratará de esclarecer lo sucedido y rescatar a su amada de la muerte.

Comentario

Este pequeño clásico injustamente olvidado es una de las primeras películas de zombis de la historia del cine, mucho antes de “La noche antes de los muertos vivientes” (George Romero, 1968). En el papel de malvado tenemos nada menos que a un sombrío e imponente Bela Lugosi, el famoso “Drácula” (Tod Browning, 1931), quien en ésta ocasión es un maligno hechicero capaz de controlar a los zombis en Haití.

Legendre (Lugosi) tiene un séquito de muertos vivientes a su servicio. Éstos zombis, que en vida eran enemigos suyos, el brujo los emplea como esclavos. Vemos aquí un concepto bastante diferente al que décadas después usarían otros directores; pues los zombis del realizador Victor Halperin no son seres que asedian a los vivos para comer su carne (En ningún momento devoran a nadie), sino sólo los apáticos y robóticos sirvientes del siniestro nigromante, que obedecen ciegamente su voluntad (El brujo los maneja mediante hipnosis y un extraño mudra o gesto con las manos). A los zombis Legendre los utiliza entre otras cosas para que trabajen sin descanso haciendo girar la rueda de su molino.

Cuando Madeleine retorna en forma de zombi, sigue teniendo buen aspecto (éstos cadáveres andantes no se pudren) pero se comporta como un autómata, no habla, no muestra ninguna emoción y tiene siempre una mirada vacía. Pareciera que le han extirpado el alma. Ese es el “alto precio” que Beaumont debía pagar para tenerla… Y ahora, cuando ya es demasiado tarde, se arrepiente de haber contratado los servicios del pérfido brujo (que además amenaza con volverse contra él).

Sin embargo, Madeleine no está completamente muerta en vida, parece que el hechizo no la ha anulado del todo; pues aún subsiste en su interior un ligero recuerdo… Un recuerdo del amor (a-mort: no-muerte) que se va acrecentando conforme Neal se aproxima al castillo.

El castillo de Beaumont, situado en una costa en lo alto de un acantilado, aporta un toque marcadamente gótico al film. También el cementerio y la cripta contribuyen a esa tétrica atmósfera.

Además de ser una de las pioneras en su temática, “White Zombie” también es una de las primeras películas independientes; fue financiada por el propio director y por su hermano Edward. Sin duda, todo un clásico que merece ser reivindicado.

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