Drácula – Tod Browning, 1931

Dracula

EEUU, 1931

Director: Tod Browning

Género: Terror, adaptación literaria

Guión: Garrett Fort

Intérpretes: Bela Lugosi, David Manners, Helen Chandler, Dwight Frye, Edward Van Sloan

Argumento

El abogado británico Renfield viaja a un remoto rincón de la Transilvania profunda para encontrarse con un excéntrico aristócrata que vive en un viejo castillo. Ambos deben hablar de negocios. En el pueblo cercano, los aldeanos advierten al inglés del peligro que le aguarda si acude a su cita con el conde Drácula. Según las habladurías de los lugareños, el solitario noble esconde oscuros secretos, relacionados con el vampirismo. Pero Renfield ignora las advertencias, considerándolas supersticiones, y poco después se presenta en el castillo.

Drácula quiere comprar propiedades en Londres, y ese es el motivo por el cual ha hecho venir al abogado. Por la noche, Drácula revela su auténtica naturaleza: Hipnotiza a Renfield y lo ataca, convirtiéndolo en su esclavo.

Poco después ambos viajan rumbo a Inglaterra a bordo de la goleta Vesta. Una vez en Londres, Renfield resulta ser el único miembro de la tripulación que queda vivo. Completamente trastornado, el abogado es recluído en el sanatorio del doctor Seward – una clínica que se encuentra cerca de la residencia alquilada por Drácula.

Noches después, Seward visita al conde en su villa de Londres. El doctor llega acompañado de su hija Mina, del prometido de ésta, Jonathan Harker, y de la joven Lucy, amiga de la familia. Lucy se siente instantáneamente atraída por el apuesto aristócrata extranjero. Esa misma noche, Drácula visita a Lucy en su dormitorio transformado en murciélago. El conde es un vampiro, que muerde a la chica en la yugular para beberse su sangre. La joven amanece muerta,con dos extrañas marcas en su cuello…

Mientras tanto, el profesor van Helsing estudia el comportamiento estrafalario del enloquecido Renfield. El antiguo abogado, recluído en un manicomio tras su regreso de Transilvania, siente la necesidad compulsiva de comer moscas y arañas. Además, el científico comprueba que Renfield padece una reacción alérgica ante una planta que sirve para protegerse de los vampiros.

Tras Lucy, le llega su turno a Mina… Drácula también entra por la noche en su cuarto, para succionar su sangre. La chica no muere al día siguiente, pero se encuentra cada vez más débil.

Cuando Drácula regresa a su residencia, conoce a van Helsing. Éste se percata de que el conde no se refleja en los espejos, deduciendo que se trata de un vampiro: El responsable de la enfermedad de Renfield y la muerte de Lucy.

La prensa se hace eco de la presencia de una misteriosa mujer que ataca a los niños por las noches. Por la descripción, Mina intuye que se trata de su amiga Lucy… Ésta ha regresado de la tumba convertida en vampira. El profesor van Helsing, que además de científico está versado en el ocultismo y en los estudios de lo paranormal, se dispone a frenar a Drácula con la ayuda de Jonathan Harker – quien por todos los medios desea impedir que su prometida Mina sufra el trágico destino de Lucy…

Comentario

Casi una década después de que el cineasta expresionista alemán Murnau filmara “Nosferatu” (1922), el norteamericano Tod Browning llevó a la gran pantalla la adaptación del clásico del terror gótico “Drácula” – novela escrita por Bram Stoker en 1897. La versión de Murnau se rodó sin tener en cuenta los derechos de autor de la historia (que en aquel momento poseía la viuda de Stoker), y por ello tuvo numerosos problemas legales. Ese fue uno de los motivos por los cuales la película alemana se distribuiría como “Nosferatu” (sinónimo de “vampiro”). Además, allí el conde protagonista se llama “Orlok”, en lugar de “Drácula”. Aparte de eso, la línea argumental de la primera versión muda es idéntica.

A finales de los años veinte se escenificaron en Inglaterra y EEUU diversas obras de teatro con la historia del vampírico conde – ésta vez, con los correspondientes permisos y los derechos de autor en regla. En una de esas obras, el vampiro fue interpretado por el actor Béla Lugosi – un húngaro que, como el personaje, procedía realmente de Transilvania.

En 1930, el director Tod Browning (quien dos años después filmaría la interesante “Freaks”) se propuso rodar una nueva versión de la novela – ésta vez con sonido. Originalmente el designado para ponerse en la piel de Drácula fue el mítico Lon Chaney (“el hombre de las mil caras”), una estrella del cine de terror mudo (que por cierto influenciaría mucho a Narciso Ibáñez Menta, el padre de Chicho Ibáñez Serrador). Entre sus roles más conocidos destaca el de una de las primeras adaptaciones de “El fantasma de la ópera”. Pero Chaney falleció, y Browning decidió recurrir entonces al actor teatral que había encarnado al vampiro en la obra de 1927: Béla Lugosi. Ésta película daría fama mundial al carismático Lugosi, convirtiéndolo en todo un icono del cine de terror clásico. La imagen del vampiro, tan diferente a la que ofrecía Max Schreck en el film de Murnau, marcaría a muchos directores posteriores para futuras versiones de la novela, y películas de vampiros en general (especialmente aquellas de la Hammer protagonizadas por Christopher Lee). De ese modo, la tétrica imagen de Lugosi caló en el imaginario colectivo como el Drácula arquetípico.

Sin embargo, es menester mencionar que nada tiene que ver la historia del vampiro de Stoker con el Drácula histórico real, Vlad Tepes (llamado “Vlad Draculea” porque su dinastía tenía un dragón, “dracul”, en su escudo heráldico). Éste era un príncipe de la Valaquia, héroe nacional rumano, que defendió a su pueblo de los invasores turcos (usando métodos bastante expeditivos). De igual manera que la viuda de Stoker denunció a Murnau por plagio y violación de los derechos de autor, los rumanos podrían haber demandado antes a Stoker por distorsionar y corromper la imagen de uno de sus héroes nacionales (extendiendo sobre el Vlad Tepes histórico la falsa leyenda negra de que era un “vampiro”, un “monstruo sanguinario”, etc).

Volviendo a la película que nos ocupa, se trata sin duda de uno de los grandes clásicos del terror de la productora Universal, junto a la adaptación de “Frankenstein” de James Whale (también de 1931), su secuela “La novia de Frankenstein” (James Whale, 1935), “El hombre lobo” (George Waggner, 1941), o la versión de “El fantasma de la ópera” de Arthur Lubin (1943) entre otros títulos.

Béla Lugosi también participaría en la memorable “White zombie” (Victor Halperin, 1932), una de las primeras películas de temática zombi, donde aparecen muertos vivientes en el haitiano contexto del vudú. Hacia el final de su carrera, Lugosi se convirtió en un colaborador recurrente de directores de la “serie B”, entre ellos el famoso Ed Wood.

Al mismo tiempo que Tod Browning rodaba ésta “Drácula” con Lugosi en lengua inglesa, se filmó una adaptación de la misma historia en español para el mercado hispano – En los mismos estudios y empleando el mismo guión, pero con actores diferentes. El Drácula hispano, dirigido por George Melford, es muy similar pero cuenta con matices distintos. En esa versión el conde fue encarnado por el español Carlos Villarías y el personaje equivalente de Mina (aquí llamada Eva) recayó en la mexicana Lupita Tovar (quien murió en 2016, a la muy longeva edad de 106 años). La versión hispana se consideró perdida hasta bien entrada la década de los ´70.