
Los pájaros (V.O. The Birds)
EEUU, 1963
Director: Alfred Hitchcock
Guionista: Evan Hunter (basado en el cuento corto de Daphne Du Maurier)
Género: Suspenso, terror
Compositor de la banda sonora: Bernard Herrmann
Montaje: George Tomasini
Producción: Alfred Hitchcock
Intérpretes principales:
Tippi Hedren (Melanie Daniels)
Rod Taylor (Mitch Brenner)
Jessica Tandy (Lydia Brenner)
Suzanne Pleshette (Annie Hayworth)
Veronica Cartwright (Cathy Brenner)
Ethel Griffies (Señora Bundy)
Charles McGraw (Detective)
Argumento
Melanie Daniels es la hija mimada de un magnate de prensa de San Francisco. En una tienda de mascotas conoce al apuesto abogado Mitch Brenner. Él sabe quién es ella, pero finge creer que es la empleada de la sección de pájaros de la tienda, y ella le sigue el juego. Mitch está buscando unos loritos para su hermana pequeña, que celebra pronto su cumpleaños. La mascarada termina por derrumbarse y él se marcha, tras una pequeña discusión. Aunque ella parece considerarlo un impertinente ha quedado impresionada por el letrado y desea volver a verlo. Memoriza la matrícula de su coche y llama al periódico de su padre para que rastreen la dirección de Mitch…
Poco después, Melanie consigue los loritos que el abogado buscaba, y se dirige en coche al poblado pesquero de Bodega Bay, tras enterarse de que es allí donde Mitch suele pasar los fines de semana. Preguntando al tendero de la localidad averigua la casa en la que Mitch vive junto a su madre y hermana. Quiere darle una sorpresa, dejando la jaula con las aves en su casa junto a una nota de felicitación para la niña. Pero como no saben decirle cuál es el nombre de ésta, Melanie acude a preguntar a la escuela. Tras averiguar que se llama Kathy, entabla conversación con la maestra Annie Hayworth – quien parece celosa ante la llegada de una amiga de Mitch.
Melanie alquila una barca para llegar al otro lado de la bahía, donde está la casa de los Brenner. Deja los loros con la nota y vuelve a la barca. Se dispone a irse, pero reacciona complacida cuando Mitch la descubre y la sigue en coche bordeando la bahía. Su objetivo real era entablar contacto con él. Estando aún en la barca, Melanie es atacada por una gaviota que la picotea en la cabeza. Ello les parece muy extraño, pues esas aves no son agresivas. Sin embargo, como la herida no es grave no le dan mayor importancia.
Cuando Mitch y Melanie están en el bar de la localidad llega Lydia Brenner, la madre del primero. La señora reacciona con cierta hostilidad hacia la joven, pero Mitch insiste en invitarla a cenar a casa. Melanie continúa con sus farsas, y le dice a Mitch que vino a Bodega Bay para visitar a su “amiga Annie” (la maestra que acaba de conocer), y que aprovechó la ocasión para traerle los loritos a su hermana.
Sin embargo, esos cuentos no resultan muy plausibles y se desmoronan rápidamente. Kathy se encariña con Melanie (la invita a su fiesta de cumpleaños) mientras que la Sra. Brenner continúa fría y distante.
La madre de Mitch habla al teléfono con un vecino sobre el comportamiento extraño que tienen últimamente los pollos de su granja, que se niegan a comer…
La rica heredera pasa la noche en un cuarto que alquila Annie. Ella le confirma algo que ya intuíamos: En el pasado tuvo una relación con Mitch. Y la madre de él fue un gran obstáculo, pues se trata de una mujer celosa y posesiva, que teme ser abandonada cuando su hijo encuentre una mujer. De repente, un golpe seco en la puerta sobresalta a las dos: Cuando abren, encuentran el cadáver de una gaviota que allí se había estrellado. Es de noche, pero la luz de la luna llena ilumina muy bien la zona. Todo indica que el pájaro voló en picado hacia la casa intencionalmente, como si hubiera intentando atravesar la puerta.
En los días sucesivos, bandadas de pájaros comienzan a atacar a los humanos, provocando estragos cada vez mayores.
Melanie se da cuenta de que las aves proceden de forma muy insólita en Bodega Bay. También los lugareños se percatan de eso – y de que la sublevación de los pájaros coincide con la llegada de ella…

Comentario
Lo que comienza como una especie de “comedia romántica”, con la chica de buena familia que se inventa enrevesadas y rocambolescas historias para estar junto al hombre del que se ha enamorado, va convirtiéndose progresivamente en un thriller de suspense con atmósfera cada vez más tensa y opresiva.
La sensación de peligro se va dosificando; primero son sólo unos pájaros sueltos los que atacan a los humanos, después serán bandadas inmensas de todo tipo de aves las que ejecutarán un asalto implacable contra los moradores de Bodega Bay. Parece efectivamente “el Apocalipsis” del que habla el borracho en el bar del pueblo. ¿Quién iba a pensar que unos inofensivos pajaritos emprenderían una guerra sin cuartel contra la Humanidad? ¿Por qué iban a hacerlo? – Todos allí se preguntan eso, también la señora Bundy, la anciana ornitóloga.
Es interesante ver “Los pájaros” después de tantos años, pues ahora me resulta obvia la forma en la que esta película influenció a Narciso Ibáñez Serrador para su obra maestra “¿Quién puede matar a un niño?” (1976). Si “La residencia” (1969) tiene paralelismos importantes con “Psicosis” (1960), el segundo largometraje de Chicho sin duda le debe mucho a “Los pájaros”. Ambos son films con un ambiente de “terror diurno”. Es más difícil provocar angustia y sofoco cuando la acción se desarrolla durante el día (como es el caso en la mayor parte del metraje de las dos películas). Por otro lado, tanto en “Los pájaros” como en “¿Quién puede…?” los seres amenazadores, la fuente del terror para los protagonistas, son seres que en circunstacias normales resultan inofensivos. En la propuesta que hoy nos ocupa, las bandadas de gaviotas, cuervos o gorriones que atacan sistemáticamente a las personas; en la película de Chicho son “inocentes y angelicales” niños amotinados contra los adultos. En ambas ocasiones, tanto los pájaros como los niños parecen estar poseídos o teledirigidos por alguna maligna inteligencia colectiva que los maneja como instrumentos. Para sumar más similitudes, la acción transcurre en sendos pueblos costeros. Y asimismo, en “Los pájaros“ juegan un rol importante los niños, si bien como víctimas. Siempre ha funcionado en las películas de terror incluir niños o elementos relacionados con ellos (memorable la escena de Melanie esperando a las puertas del colegio mientras que suena una cancioncilla infantil y los cuervos se van amontonando, preparándose para atacar).
También hay similitudes, en la estructura y en la atmósfera, con las películas de zombies. Los pájaros tienen aquí el mismo rol que los muertos vivientes. Los humanos deben atrincherarse en sus casas.
Hay quien ha interpretado „Los pájaros“ como una clara muestra de la misantropía hitchcockiana. El orondo director británico estaría “vengándose de la humanidad”, usando a los pájaros para castigar a unos personajes “detestables”: La heredera consentida, el abogado prepotente, la madre insoportable, la ex-amante celosa, etc. La escena de Melanie que se protege del ataque de los pájaros en una cabina telefónica se supone que es una metáfora: Ahí los papeles están invertidos, ahora los pájaros son libres y tienen el control de la situación, mientras que la impotente humana está “enjaulada”.
En esta ocasión Hitchcock prefirió prescindir de una banda sonora convencional, no hay música que acompañe a la historia sino sonidos ambientales y prolongados silencios que remarcan las escenas más tensas.
La película culmina en puntos suspensivos, pues el final es de gran incertidumbre y su resolución queda para la imaginación del propio espectador… (“¿puedo llevarme los loritos, ellos no han hecho nada…?” “Vale, tómalos…”)
Según algunos, el cine en general y Hitchcock en particular siempre tuvieron una función más allá del simple entretenimiento, aplicando sutiles técnicas de control mental (MKUltra) y manipulación de masas, y dejando entrever a veces sus ocultas intenciones mediante crípticos mensajes. Sin ser particularmente conspiranoico ni adepto de la numerología resaltaré sólo que la fiesta de cumpleaños de Kathy es su undécimo aniversario (el 11, número cabalístico por antonomasia) y que los actores que encarnan a la pareja protagonista, Rod Taylor y Tippi Hedren, tenían ambos 33 años al momento del rodaje (número 33, máximo grado de la masonería, entre otras muchas “propiedades”). Según algunos analistas, Hitchcock no dejaba ningún detalle al azar…
En la película, el personaje de Tippi Hedren se llama como su hija, Melanie (Griffith), que en aquel momento era una niña pequeña.
“Los pájaros” está basada en un relato de la autora Daphne du Maurier, quien también escribió „Rebecca“, adaptada asimismo a la gran pantalla por Hitchcock.
En esta ocasión, el cameo de Hitchcock ocurre en una de las primeras escenas: Mientras Melanie entra en la tienda de mascotas, él sale con dos perritos.
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