Los largos cabellos de la muerte – Antonio Margheriti, 1964

I lunghi capelli della morte

Italia, 1964

Director: Antonio Margheriti

Guionistas: Antonio Margheriti, Tonino Valerii (Historia: Ernesto Gastaldi)

Género: Terror gótico

Compositor de la banda sonora: Carlo Rustichelli

Producción: Cinegai S.p.A

Intérpretes principales:

Barbara Steele (Helen)

Giorgio Ardisson (Kurt, hijo del Conde Humboldt)

Halina Zalewska (Elisabeth, hija menor de la mujer ejecutada)

Umberto Raho (Conde Humboldt)

Argumento

La acción se desarrolla en la Europa del siglo XV. Adele Karnstein, presunta bruja, es conducida a la hoguera. Su hija Helen intenta pedir clemencia a Humboldt, el señor feudal de aquellas tierras. Adele está acusada de haber provocado mediante sus artes oscuras la muerte del conde Franz, hermano de Humboldt. Pero Helen insiste en la inocencia de su madre. Ella sabe quién es el auténtico asesino, se trata de alguien que el aristócrata tiene “bajo su protección”. Helen está dispuesta “a lo que sea” con tal de que la ejecución sea frenada. Humboldt, viendo la desesperación de la atractiva joven y que ésta no tiene otra alternativa que mostrarse solícita y sumisa, aprovecha para satisfacer con ella sus lúbricos deseos…

Spoiler

Pero para Adele ya es demasiado tarde. El fuego de la hoguera arde, ante la atenta mirada del cura von Klage, los supersticiosos pueblerinos y la pequeña Lisabeth, hija menor de la condenada. Mientras las llamas la circundan, Adele pronuncia una maldición que sobrecoge a los presentes. Amenaza directamente a Humboldt, y pronostica una plaga que se extenderá por sus dominios en los próximos años. El conde Humboldt, que escucha los nefastos augurios desde la alcoba donde está revolcándose con Helen, palidece de terror.

Poco después, Humboldt decide deshacerse de Helen; tirándola a unas cataratas para que se ahogue. Lisabeth es acogida en un orfanato de monjas, y una de éstas le revela donde están enterradas las cenizas de su madre y el cuerpo de su hermana mayor.

Lisabeth crece hasta convertirse en una moza de buen ver. No tarda en captar la atención de Kurt, el hijo y heredero de Humboldt. El padre ya es cruel y despiadado, pero su hijo lo supera con creces en lo que a maldad respecta. Kurt quiere casarse con Lisabeth, pero ella lo detesta. A Humboldt el matrimonio no le parece una buena idea, pues la chica “es hija de una bruja” y las maldiciones que la nigromante pronunció poco antes de arder ya se están cumpliendo: La comarca es azotada por la sequía y por la peste.

Entre risotadas siniestras, Kurt le confiesa a su padre que fue él quien mató a Franz – su tío y hermano de Humboldt – para que así el título de conde pasara a su rama de la familia. Humboldt está ya demasiado viejo y enfermo como para reaccionar ante esa noticia. La constante preocupación por las profecías de la bruja han terminado haciendo mella en su salud.

La boda entre Kurt y Lisabeth termina por celebrarse. Ella sigue odiándole: “Tendrás mi cuerpo pero no mi alma. Nunca seré completamente tuya”. Mientras, la plaga continúa haciendo estragos por los dominios de Humboldt. El cura von Klage considera que se avecina el “Apocalipsis”. Pero un milagro sucede: Comienza a llover. Con eso termina la sequía, y la peste parece poder mantenerse bajo control de ahí en adelante. Pero esa misma noche en la que rompe a llover, mientras los truenos y relámpagos de la tormenta azotan las inmediaciones del castillo, el viejo Humboldt muere. Al mismo tiempo un extraño fenómeno ocurre en el cementerio cercano: Al esqueleto de Helen comienzan a “crecerle” de nuevo las carnes y la joven muerta años atrás regresa a la vida… Al resucitar camina hacia la fortaleza desmayándose a las puertas de la misma. Por órdenes de Kurt es llevada a unos aposentos para que se recupere. Nadie la reconoce, pues el único que la había visto, el día de la ejecución de su madre, era el difunto Humboldt. También para su hermana Lisabeth la misteriosa recién llegada es una desconocida.

Fascinado por la belleza de la extraña, que se presenta como “Mary”, el nuevo conde Kurt se encapricha rápidamente con ella, olvidándose de su esposa Lisabeth (y deseando incluso eliminarla). Ésta, aunque odiaba a su marido, se había acostumbrado al matrimonio y se siente ahora desplazada y celosa. No sabe que esa “Mary” es en realidad su hermana mayor Helen, que ha regresado de la muerte para vengar la injusta ejecución de la madre de ambas…

Comentario

El tema principal de este film gótico rodado en exquisito blanco y negro e influenciado por la estética de la Hammer es la venganza de ultratumba. Ambientado hacia el final de la Edad Media, la trama se desarrolla en un castillo y sus alrededores, con los elementos habituales del subgénero. Tenemos pues tétricas criptas (en las que es posible quedarse encerrado para siempre), pétreos sarcófagos donde yacen esqueletos o secos cadáveres momificados, maldiciones brujeriles, y muertos vivientes – o más bien una muerta viviente… ¿O son dos?

El conde Kurt, cada vez más atormentado, irá tornándose paranoico conforme avance el metraje. Está convencido de que es víctima de una conspiración, pues no cree en brujas como su supersticioso padre. Pero la maldición del Más Allá que pesa sobre él terminará precipitándolo en un abismo de locura…

El genial título de la película hace referencia a los cabellos de su esposa que Kurt irá encontrándose en diversos lugares – Lisabeth, a la que está seguro de haber envenenado, ha desaparecido, pero siempre hay quien afirma haberla visto en la fortaleza. También se alude a los pelos que los aldeanos colocan en el muñeco que debe arder simbólicamente – pues representa a la “peste”, que ha sido vencida y será quemada en efigie.

“I lunghi capelli della morte” fue dirigida por Antonio Margheriti, bajo su pseudónimo de “Anthony Dawson”. Llaman la atención en los títulos de crédito todos los (falsos) nombres ingleses (de guionistas, camarógrafos, etc). Pues si bien algunos de los actores son extranjeros, la película es una producción 100% italiana. Sin embargo, los productores pretendían así captar el interés de potenciales espectadores; quienes debían acudir al cine creyendo que se trataba de una película “americana” o al menos inglesa, porque supuestamente tenían más calidad. El patriotismo cinematográfico de los italianos de aquel momento no era demasiado elevado, que digamos.

La única inglesa del reparto es Barbara Steele, quien interpreta a Helen/Mary. En los años sucesivos seguiría participando, y a menudo protagonizando, películas italianas de terror. Lisabeth está encarnada por la polaca Halina Zalewska, a quien vimos en el western rodado en Almería “El precio de un hombre” (Eugenio Martín, 1966). Umberto Raho, quien da vida al cura von Klage, tiene un papel en la excelente “La noche de los diablos“ (Giorgio Ferroni, 1972) joya posterior del gótico italiano. El conde Kurt es George Ardisson, quien aparece en el memorable peplum de Mario Bava „Hércules al centro de la Tierra” (1961), compartiendo cartel con Reg Park y Christopher Lee.

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