
Little Caesar
EEUU, 1931
Director: Mervyn Le Roy
Guión: Francis Edward Faragoh, Robert N. Lee
Intérpretes: Edward G. Robinson, Douglas Fairbanks Jr., Glenda Farrell
Género: Gangsters
Argumento
Caesar Enrico Bandello, llamado Rico, es un ambicioso matón italoamericano en busca de fortuna. Llega a Chicago con su amigo Joe Massara, quien por su parte está interesado en el mundo del espectáculo y el baile. Rico, tipo rudo y sin escrúpulos, contacta al jefe mafioso Sam Vettori, y se pone a su servicio. Pasa a ser un miembro más de la banda, y le apodan “Little Caesar” (primero en tono de mofa, pero pronto comenzarán a tomarlo en serio)…
Joe, a su vez, comienza a trabajar en el cabaret Palermo. Allí conoce a la atractiva Olga, también empleada como bailarina en el local. Ambos inician un romance. Joe no está interesado en actividades ilegales, pero Rico le presiona para que participe en un prometedor golpe: Planean asaltar nada menos que el propio cabaret Palermo. Rico, por cuenta de Vettori y su banda, pretende usar a su amigo, quien al trabajar allí, cuenta con información privilegiada.
El atraco está preparado para la Nochevieja. Rico irrumpe a cara descubierta en la sala repleta de gente donde tiene lugar la fiesta. Alguien trata de interponerse en su camino y Rico lo fríe de un balazo. La banda se hace con un buen botín.
Una vez en la guarida de Vettori, éste increpa a Rico por haber matado a alguien, pues se supone que el golpe iba a producirse sin derramamiento de sangre. Y lo peor es que el muerto era un importante policía, el comisario McClure. Los agentes de la ley están particularmente interesados en investigar al caso y descubrir al culpable. Sospechan de la banda de Vettori, porque tienen una descripción exhaustiva del principal delincuente, y saben que el aspecto de uno de sus hombres concuerda con dicha descripción.
Vettori le recrimina a Rico su imprudencia, mientras que el joven gángster acusa a su jefe de ser un blando. Se enfrenta a él y busca tomar el control de la organización. Mientras, Joe se siente culpable, pues se considera cómplice del homicidio.
Rico deberá tener cuidado tanto con la policía como con una banda rival que le disputa la hegemonía en los bajos fondos de Chicago.
Y también con los propios miembros de su banda: Tony, quien tras hablar con su madre tiene remordimientos por sus acciones, se dispone a ir a confesarse a la iglesia, revelando sus delitos. Y Joe, el amigo con el que llegó a Chicago, también se aleja cada vez más del grupo. Rico sospecha que podría convertirse en un peligro. Además, considera que la influencia que Olga ejerce sobre su amigo ha contribuído a alejar a Joe de la banda, y está dispuesto a tomar drásticas medidas al respecto…
El petulante matón se rodea de una corte de aduladores y logra ir desplazando a la competencia. Su poderío parece imparable. Pero tras su fulgurante ascenso se cierne una caída en picado todavía más vertiginosa si cabe…

Comentario
Éste clásico del cine de gángsters está protagonizado por Edward G. Robinson, uno de los grandes iconos del género en la década de los ´30 junto a Paul Muni y James Cagney.
Llama la atención el parecido físico más que razonable entre Robinson y Al Capone. Pero Robinson no era de origen italiano como el caracortada Al, sino judío. Su nombre real era Emanuel Goldenberg, y sus padres habían emigrado a Nueva York procedentes de Rumanía.

La historia está basada en la homónima novela del autor William R. Barnett.
Hay una escena en la que, durante la fiesta, llegan fotógrafos de algún periódico al club Palermo. Rico posa orgulloso exhibiéndose ante las cámaras, mientras que otro miembro de la banda, más astuto y precavido, prefiere evitar llamar la atención. En esa escena destaca el paralelismo que más de 50 años después esa situación de la película y todo el gran contraste que ella implica tendría en un caso de mafiosos de la vida real: Pues John Gotti, jefe de la familia Gambino, tenía un carácter narcisista muy similar al de éste ficticio Little Caesar y también él gustaba de ser el centro de atención (cosa que en muchos aspectos contribuyó a su caída). El otro mafioso que evita las fotos y se retira cuando vienen los periodistas recuerda a Vincent Gigante, taciturno y solapado jefe de los Genovese, quien contrariamente a Gotti prefería mantener un perfil bajo.
John Gotti recuerda bastante al presumido y fanfarrón personaje aquí interpretado por Edward G. Robinson. Y eso que el que sería líder de los Gambino ni siquiera había nacido cuando se rodó ésta película.
La película fue dirigida por Mervin Le Roy, quien en 1951 realizaría el clásico “Quo vadis”, y en 1956 la también muy recomendable “The bad seed”, film de suspense y terror psicológico.
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