La prostituta – Oleg Frelikh, 1927

La prostituta (V.O. Prostitutka)

URSS, 1927

Director: Oleg Frelikh

Guión: E. Demidovich
Noi Galkin

Intérpretes: Vera Georgiyevna Orlova, Olga Bonus, E. Yarosh

Argumento

La joven Lyuba vive en una pensión con su tía Varvara. Entre los demás huéspedes hay un lascivo individuo que busca engatusarla. A raíz de ello, una serie de sucesos llevarán a que Varvara expulse a su sobrina. La chica acaba en las frías y nevadas calles, expuesta a toda clase de peligros. Pronto la encuentra una “benefactora”, que la lleva a su casa adoptándola. Pero la intención real de esa mujer, lejos de ser caritativa, es explotar sexualmente a Lyuba como prostituta a sus órdenes…

La desafortunada joven es rechazada por la sociedad. Trata de reintegrarse, pero tiene bastantes deudas. Además, debe encargarse de un hijo enfermo. Pocos son los que se apiadan de ella y tratan de ayudarla. No tiene ni para dar de comer a su pequeño. Y no será fácil encontrar un trabajo convencional…

En una conferencia, una mujer comienza a explicar a las trabajadoras la problemática de la prostitución con sus consecuencias y estadísticas. También se nos muestra el funcionamiento de un burdel y cómo unas prostitutas (o sospechosas de serlo) son perseguidas por la policía.

Más adelante Lyuba conoce al apuesto Shura, quien se propone ayudarla. Éste es miembro del Komsomol, la organización juvenil del Partido Comunista Soviético.

Comentario

El film nos muestra el tratamiento de que el sórdido tema de la prostitución recibía en las primeras películas de la época soviética. Se trata de una película a medio camino entre el melodrama y el documental-reportaje con fines didácticos, pues se verán estadísticas, gráficas y demás que tratan de concienciar a los ciudadanos para que se alejen del vicio, dejando así de fomentar “el más antiguo oficio del mundo”.

Más allá de eso, la película carece de interés. No logra atraer la atención del espectador como se supondría en un film con ese título, ese contexto y esas características.

Es un drama lacrimógeno, que, conforme pasan los minutos va haciéndose largo y pesado. Sólo resulta recomendable como documento histórico, para quien por algún motivo deba profundizar en el cine más recóndito de la primera etapa soviética. Para los demás resultará una soporífera pérdida de tiempo.

Pretende ser un drama y un documental, sin llegar a ser realmente ninguna de las dos cosas. Sin embargo llama la atención que el régimen soviético permitiera una película de estas características, que mostraba que no todo era tan idílico en el “paraíso de los trabajadores” (aunque al parecer sería censurada más adelante, en 1937).

Se habla de enfermedades venéreas, pobreza, hambre, miseria… Es decir, asuntos que oficialmente no existían en la utópica URSS.

La película fue realizada por una productora bielorrusa, pero está filmada en Moscú.

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