
Horas desesperadas (V.O. The desperate hours)
EEUU, 1955
Director: William Wyler
Guionista: Joseph Hayes (basado en su novela y obra de teatro)
Género: Film noir, thriller, drama
Compositor de la banda sonora: Hugo Friedhofer
Montaje: Robert Swink
Producción: William Wyler (productor), William Wyler Productions
Intérpretes principales:
Humphrey Bogart (Glenn Griffin)
Fredric March (Daniel Hilliard)
Arthur Kennedy (Sam Kobish)
Martha Scott (Nettie Hilliard)
Dewey Martin (Hal Griffin)
Gig Young (Carl Potter)
Mary Murphy (Cindy Hilliard)
Richard Eyer (Ralph Hilliard)
Walter Baldwin (George Patterson)
Argumento
Los Hilliard son una familia de clase media alta que vive en una casa de la zona suburbana de Indianápolis. Está compuesta por el padre Daniel, la madre Ellie, la hija mayor Cindy y el hijo pequeño Ralphy. Los Hilliard llevan una vida plácida y armoniosa. Pero eso está a punto de cambiar…
Tres peligrosos delincuentes han escapado de la cárcel: Glenn Griffin, su hermano menor Hal y el particularmente bestial Sam Kobish. Tras darse a la fuga, buscan una casa en los alrededores donde ocultarse y, como no podía ser de otra manera, eligen la de los Hilliard.
Así, el trío de fugitivos toma a la familia como rehén. Glenn hace una llamada a su novia, que desde otro estado debe traerles dinero y un coche diferente para proseguir la fuga. Supuestamente, la mujer llegará hacia la medianoche y los delincuentes se marcharán con ella y dejarán a la familia en paz.
Por su parte, la policía ha perdido la pista de los fugados. Es como si se los hubiese tragado la tierra. Al comisario se le ocurre entonces la feliz idea de vigilar de cerca a la novia de Glenn, esperando que ésta les lleve hasta los tres bandidos. Pero todo se complica cuando la joven es detenida por la policía del otro estado por exceso de velocidad…
Ello hará que el calvario de la familia se prolongue, pues van a seguir siendo rehenes durante bastantes más „horas desesperadas“…
Comentario
Muy buen film noir clásico que conjuga con maestría el drama familiar con la tensión y el suspense. Cada escena rebosa intriga a raudales (sobre todo cuando va aproximándose el clímax) y las interpretaciones de todo el elenco están sumamente logradas. Especialmente brillante en su papel resulta Humphrey Bogart como el jefe de los presos fugados.
Un detalle a destacar es la relación padre e hijo que vemos a lo largo del metraje entre el Sr. Hilliard y el pequeño pero audaz Ralphy (que ya se siente mayor y quiere que le llamen Ralph). El niño, que es de naturaleza muy valiente, busca en su padre un ejemplo a seguir; y está algo decepcionado de que su progenitor no se enfrente directamente a los bandidos desde el primer momento. El Sr. Hilliard quiere mantener la precaución para que ningún miembro de la familia sufra daños. Pero en su fuero interno, al mismo tiempo, las expectativas de su hijo le empujan a tomar de algún modo la iniciativa para defender activamente a los suyos. Este conflicto interno, en el contexto de la relación entre los personajes, está retratado con gran acierto tanto por el guionista como por los actores.
También es interesante la dinámica existente entre los tres criminales. Glenn (Bogart) es indiscutiblemente el jefe, pero a veces no le resulta fácil controlar al brutal y volátil Kobish (que además de carecer de escrúpulos no tiene tampoco demasiadas luces que digamos, y puede por ello resultar imprevisible) y a su hermano pequeño Hal, el menos malo de los tres; que se siente atraído por la atractiva Cindy (la hija de la familia rehén). La chica, por cierto, tiene un novio que trabaja para la policía. Y que, aún sin sospechar nada, insiste por teléfono en ir a visitarla – mientras los bandidos aún siguen ahí…
En muchos aspectos de la trama y el planteamiento, la película recuerda a un subgénero del „exploitation“ que décadas más tarde se haría bastante popular en Italia: El de criminales fugados que toman a gente inocente como rehenes; como por ejemplo en „La casa sperduta nel parco“ (Ruggero Deodato, 1980). Pero en el thriller que hoy comentamos, la violencia no es tan gráfica como en las posteriores producciones italianas, pues se hace más hincapé en la tensión psicológica y se profundiza más en el carácter de los personajes.
Asimismo hay similitudes, en cuanto a temática, con „A sangre fría“ (Richard Brooks, 1967), la adaptación de la novela homónima de Truman Capote, que a su vez está basada en hechos reales. Ahí también unos fugitivos toman de rehenes a toda una familia.
En 1990 se realizó un remake, también titulado „Desperate Hours“ y dirigido por Michael Cimino.