Dr. Strangelove – Stanley Kubrick, 1964

Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb(“¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú”)

EEUU/Reino Unido, 1964

Director: Stanley Kubrick

Guionistas: Stanley Kubrick, Peter George, Terry Southern (basados en la novela «Red Alert» de Peter George)

Género: Sátira, Comedia negra, Bélica

Compositor de la banda sonora: Laurie Johnson

Montaje: Anthony Harvey

Producción: Stanley Kubrick (Hawk Films; distribución por Columbia Pictures)

Intérpretes:

Peter Sellers (Dr. Strangelove / Capitán Lionel Mandrake / Presidente Merkin Muffley)

George C. Scott (General Buck Turgidson)

Sterling Hayden (Brigadier General Jack D. Ripper)

Keenan Wynn (Coronel Bat Guano)

Slim Pickens (Mayor T.J. «King» Kong)

Tracy Reed (Miss Scott)

Argumento

El general estadounidense Jack D. Ripper ha dado la orden, por su cuenta, de activar el ultrasecreto “plan R”, consistente en un ataque nuclear a la URSS. Aviones de combate norteamericanos se dirigen a Rusia. Cuando el presidente de los EEUU se entera, convoca un consejo de guerra para tratar de frenar el desencademiento del desastre.

Entre los participantes de esa reunión de extrema urgencia están el general Turgidson, un “halcón” partidario del ataque, pues considera que hay posibilidades de desmantelar así las capacidades armamentísticas del enemigo. También está allí el misterioso y estrafalario Dr. Strangelove, asesor de origen alemán que anteriormente trabajó para los nazis, y cuyo brazo derecho tiene un tick nervioso bastante particular…

El presidente, Merkin Muffley, quiere frenar el ataque a toda costa; pero el plan R esta diseñado de forma que los pilotos encargados de lanzar las bombas ya no pueden recibir comunicaciones. Muffley invita a las deliberaciones del consejo de guerra al embajador soviético Alexei, que pone en contacto al presidente de los EEUU con el primer ministro soviético. Así, los norteamericanos descubren que la URSS, por su parte, tiene preparada para una eventualidad de ese calibre un plan de contraataque automatizado, llamado “Día del Juicio Final”…

Mientras tanto, el general que ha iniciado todo, Jack D. Ripper, se halla atrincherado en su cuartel general con su segundo al mando, Mandrake. Ambos están sitiados por tropas del ejército, ya que Ripper ha cortado también las comunicaciones y sigue empeñado en consumar el ataque.

En la “sala de guerra” (“war room”) del Pentágono, el presidente continúa una carrera contrarreloj para impedir que las bombas sean lanzadas y se desencadene un conflicto apocalíptico…

Comentario

En esta película emblemática ambientada en el contexto de la guerra fría y la “destrucción mutua asegurada”, Kubrick ilustra en clave de humor negro ciertas dinámicas geopolíticas. La crisis de los misiles de Cuba (1962) estaba todavía muy reciente. En ese contexto, el director ya parecía ver venir la potencial amenaza que supone la IA: El plan de contraataque soviético “Juicio Final” está automatizado; se activa cuando aviones intrusos entran en su territorio.

La única forma de frenar la catástrofe parece ser una colaboración directa con el “enemigo”; que implica revelarle las coordenadas de los propios aviones de combate para que los derriben. Ya sólo con ese detalle se nos muestra de forma sutil que la llamada “guerra fría” no era más que una farsa. Las “bombas nucleares” como elemento mutuamente disuasorio fueron y son una forma de mantener la tensión, y de eternizar una confrontación que sólo es superficial (para que los respectivos pueblos, la gente de esos países, estén distraídos) mientras que al mismo tiempo las altas jerarquías de los estados supuestamente enfrentados colaboran entre sí (como también vemos en la película). El objetivo común de ambos gobiernos es mantener bajo control a sus respectivos ciudadanos. Entre otras cosas mediante esa tensión constante, y en lo particular en este caso, mediante el miedo a una inminente guerra nuclear.

El personaje de Strangelove es el prototípico “científico loco” megalómano, que además nos sugiere ciertas ideas de tipo eugenésico para repoblar luego la Tierra, además de entrever una futura civilización subterránea (pues la vida en la superficie no será posible durante mucho tiempo, si se emplean esas bombas radioactivas). El humor negro irónico-sarcástico, y algo cínico, es el tono predominante a lo largo de todo el metraje. De eso ya dan buena muestra los nombres de varios de los personajes. También hay algunos toques orwellianos, como los carteles en la zona militar que presentan al Ejército como “profesionales de la paz”… ¡Mientras dos facciones de ese mismo Ejército están luchando entre ellas! (la que es leal al presidente y la del amotinado Jack D. Ripper).

El general “Jack D. Ripper”, cuyo nombre es una clara alusión a Jack el Destripador, es el militar que ha lanzado el plan de ataque. Se nos presenta como un individuo desquiciado y paranoico, o más concretamente “conspiranoico”, que ve comunistas por todas partes. Mediante esa táctica, Kubrick parece tener la intención de desacreditar y ridiculizar (de forma sutil y bajo el disfraz de la comedia) a quienes realmente temían una infiltración comunista. (En este contexto también puede enfocarse la metáfora del “enemigo que llega vestido con tu mismo uniforme”, mencionada por Ripper en una escena).

Ese proceder de infiltración subversiva, que va socavando lentamente las instituciones democráticas de un país desde adentro (y a muy largo plazo) es algo real, algo que forma parte de la estrategia del “entrismo” ya enunciada por Trotsky y tomada de la Sociedad Fabiana. Dos décadas tras el estreno de esta película, el disidente ruso y ex-agente del KGB Yuri Bezmenov hablaría con pelos y señales de este método, efectivamente empleado por los comunistas. Una de las finalidades de la película parece ser, pues, que el espectador descarte esa realidad; que ni siquiera la tome en consideración, al asociarla con los delirios “conspiranoicos” del loco “Jack D. Ripper” en esta “comedia”. Además, Ripper habla sobre el lento envenenamiento del agua con flúor, lo cual también pretende ridiculizar el hecho de que el agua “convencional” del grifo está tratada con sustancias que a largo plazo son potencialmente perjudiciales para la salud – pues elementos como el flúor en ella presente tienen la característica de hacer más dócil y aletargada a la población. En la película, también ésto se convierte así en los desvaríos de un chiflado, a los ojos del espectador medio.

En resumidas cuentas: Bajo la máscara de una satírica comedia bélica, se nos muestran en “Dr. Strangelove” bastantes dosis de realidad (en lo que a las dinámicas de control social y geopolítica respecta)… Pero esas realidades se presentan distorsionadas, para que los espectadores no sólo no se percaten de ellas, sino que lleguen a considerarlas falsedades y ridiculeces.

El actor Peter Sellers encarna aquí nada menos que a tres personajes: A Strangelove, al presidente y a Mandrake, el ayudante de Ripper.

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