Cuatro moscas sobre terciopelo gris – Dario Argento, 1971

Cuatro moscas sobre terciopelo gris (V.O. 4 mosche di velluto grigio)

Italia, 1971

Director: Dario Argento

Guionistas: Dario Argento, Luigi Cozzi, Mario Foglietti

Género: Giallo

Compositor de la banda sonora: Ennio Morricone

Montaje: Françoise Bonnot

Producción: Salvatore Argento

Intérpretes principales:

Michael Brandon (Roberto Tobias)

Mimsy Farmer (Nina Tobias)

Jean-Pierre Marielle (Gianni Arrosio)

Bud Spencer (Calisto Calisti)

Aldo Bufi Landi

Marisa Fabbri

Corrado Olmi

Oreste Lionello

Fulvio Mingozzi

Pino Patti

Francine Racette

Dante Cleri

Argumento

Roberto Tobias toca la batería en un grupo de música. Está casado con Nina, quien es de familia rica y ha cobrado recientemente una cuantiosa herencia. Roberto comienza a notar que un misterioso individuo con sombrero y gafas de sol le sigue a todas partes. Una noche, cansado de esa situación, comienza a perseguir al sujeto. Ambos llegan a un teatro abandonado. Roberto confronta al tipo, quien niega haber estado siguiéndolo. El de las gafas de sol saca una navaja. Se produce un forcejeo entre ambos y por accidente Roberto apuñala al otro. En uno de los palcos se encontraba alguien, oculto por una máscara sonriente y haciendo fotos del suceso. Roberto teme haber caído en la trampa de un chantajista. Al día siguiente sale en los periódicos que han encontrado el acuchillado cuerpo de un desconocido…

Spoiler

Pronto van produciéndose una serie de eventos inquietantes. Durante una fiesta en la villa de los Tobias, Roberto encuentra entre sus discos una de las fotos que le muestran a él matando a ese hombre. El músico va recibiendo llamadas y cartas anónimas. En una de esas también le mandan el pasaporte del muerto. Sin embargo, le sorprende que no le pidan una cantidad de dinero. Se supone que ese debería ser el objetivo del chantajista. Una noche, alguien entra en la villa y agrede a Roberto, haciendo amago de estrangularle. Cuando Nina se levanta a ver qué sucede, el joven le cuenta todo a su mujer. Se encuentra en una situación enrevesada, pues no puede acudir a la policía, ya que lo arrestarían por homicidio. Amelia, la empleada doméstica, escucha la conversación del matrimonio, enterándose de todo. Por algún motivo sabe quién está detrás de las amenazas, y se dispone a chantajear al chantajista…

Por su parte, Roberto acude a ver a su amigo Diomede (apodado “Dio”), un rudo pescador que vive en una cabaña a las afueras. Dio le recomienda al músico que contrate a un investigador privado. Y además, que un estrafalario compadre suyo a quien llaman “el Profesor” vigile de cerca la casa de los Tobias.

Para visitar al joven matrimonio llega a la casa Dalia, una prima de Nina. A Roberto esa visita le parece bastante incoveniente en esos momentos.

Poco después, Amelia acude a un parque para llevar ciertas pruebas incriminatorias al chantajista a cambio de que este le dé dinero. Pero como es de esperar, el misterioso sujeto de la careta sonriente la liquida degollándola.

Roberto piensa que ha llegado el momento de contratar a un detective. Acude pues a la oficina del amanerado Gianni Arrosio, quien se pone a trabajar en el caso…

Comentario

Tercera película de Dario Argento como director, tras “El pájaro de las plumas de cristal” (1970) y “El gato de las nueve colas” (1971). Esta “4 moscas de terciopelo gris” que hoy reseñamos forma parte, como las dos previamente mencionadas de la llamada “trilogía de los animales”, por tener en sus respectivos títulos los simbólicos nombres de ciertos animales. Y en mi opinión es la mejor de las tres.

Estamos ante un giallo sumamente memorable, lleno de intensos momentos e intriga in crescendo, hasta llegar a un final impactante y explosivo. Para relajar la tensión y el agobio claustrofóbico de ciertas secuencias también se incluyen momentos un tanto humorísticos, como aquellos en los que aparece el excéntrico “Profesor”, el desafortunado cartero (a quien Roberto confunde con el merodeador) y sobre todo Bud Spencer, quien interpreta a “Dio”. Por cierto, “Dio” en italiano significa “Dios”, y en la versión en inglés ese personaje se llama “Godfrey” (que abreviado es “God”). También resulta cómico el detective homosexual, quien asegura que en los años que lleva dedicados a la profesión no ha resuelto un solo caso (de más de 80), así que ya va siendo hora de que logre resolver uno, pues “solo es una cuestión de estadísticas”. O la escena de la exposición funeraria a la que acuden Dio y Roberto, con mucho humor negro.

Como suele ser habitual en Argento, la historia (y la motivación del asesino) se retrotrae a algún episodio traumático de la infancia (manicomio incluído). Ello se deja entrever en algunos momentos de flashback en los que se oye la voz de un padre muy severo. Durante el metraje van sucediéndose giros de guión que sorprenden al espectador, pues no todo es como parece desde el primer momento.

Tras uno de los asesinatos, los especialistas del tanatorio deciden realizar un experimento con los ojos de la víctima, pues según ciertos avances científicos, en ocasiones lo último que ve alguien antes de morir queda plasmado en la retina. Tras fotografiar los ojos con unas máquinas especiales, esperando ver en ellos la cara del asesino, los investigadores ven algo harto extraño: Cuatro moscas sobre un fondo gris (De ahí el título de la película). ¿Qué significará esa incógnita?

El asesino también se corresponde al clásico del giallo en varios elementos; no en lo de los guantes de cueros negros (que esta vez no aparecen), pero sí en su voz distorsionada y en el hecho de que su identidad y motivos no son revelados hasta el final. Roberto está convencido de que debe ser alguien que le “conoce muy bien”, pues pudo colocar una de las comprometidas fotos en su casa durante una de las fiestas, debe tratarse pues de alguien de su círculo íntimo.

Dignas de mención son las escenas oníricas, con la pesadilla recurrente de una decapitación con cimitarra en Arabia saudí (durante una de las fiestas un amigo de Roberto contó que estuvo allí y presenció una de esas ejecuciones).

Roberto y Nina están interpretados por los norteamericanos Michael Brandon y Mimsy Farmer. La prima Dalia es la canadiense Francine Racette, esposa del más conocido Donald Sutherland.

Además del propio Argento, del guión se encargó Luigi Cozzi, quien más adelante dirigiría sus propias películas; entre ellas el giallo de 1975 “L´assassino é costretto ad uccidere ancora”.

La música corre a cargo del gran Ennio Morricone.

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